Las trufas son unas setas subterráneas raras y muy valiosas, apreciadas sobre todo por su intenso aroma, pero que también contienen compuestos beneficiosos.
Contienen una cantidad significativa de antioxidantes (ácidos fenólicos y flavonoides) que ayudan a proteger las células del estrés oxidativo y a reducir la inflamación.
Las trufas son una buena fuente de proteínas y fibra, lo que favorece una digestión saludable y proporciona una sensación de saciedad.
Contienen vitaminas del grupo B (especialmente niacina o B3), que son importantes para el metabolismo energético y el funcionamiento del sistema nervioso.
Aunque las trufas se consumen en pequeñas cantidades, su intenso sabor puede estimular los jugos gástricos y mejorar el apetito en general.